El blog de Golcar

Este no es un reality show sobre Golcar, es un rincón para compartir ideas y eventos que me interesan y mueven. No escribo por dinero ni por fama. Escribo para dejar constancia de que he vivido. Adelante y si deseas, deja tu opinión.

Daka, el rostro de la miseria humana

venezuela
Lo de Daka no se me sale de la cabeza. Es como una idea fija. Como una obsesión. No puedo evitar pensar en esas caras de alegría de la gente saliendo con cajas que no podía ni cargar, en los vidrios desplomándose ante la arremetida de la poblada, en Nicolás diciendo en cadena «¡Que no quede nada en los anaqueles!».

Daka removió cosas dentro de mí, hizo que, una vez más, me pregunte ¿De qué materia está hecho el venezolano? ¿Siempre hemos sido así o los últimos 15 años nos han tranformado?

Veía los videos y no podía dejar de pensar en la Bobulina, en esa terrible escena de Zorba, El Griego, en la que mientras la mujer agoniza en su lecho de muerte, las viejas arpías entran a todos los rincones a saquear cualquier trapo, cualquier adorno, cualquier baratija. Nadie se preocupa por la moribunda, todos están poseídos por la avaricia.

Como cuando, hace pocos meses, el hombre del camión de cervezas agonizaba en su vehículo volcado mientras la gente solo se afanaba por recoger botellas como botín. Nadie le dio atención, a nadie le importó su vida. Lo único que contaba era el momento de rebatiña.

Pero eso no es lo peor. Lo que me retumba en la cabeza es las explicaciones que he leído de algunos, bien para acometer el saqueo, o bien para justificarlo.

Dicen esos: «Eso fue pactado con los dueños». «Bien hecho que los saqueen porque esos carajos son chavistas». «A ellos los saquearon como ellos saquearon el bolsillo de la gente con su usura». «Ellos recibían dolar Cadivi y ponían los precios a dolar paralelo». «El dueño de Daka es Diosdado Cabello, bien hecho que lo saqueen»…

Leía y pensaba en Franklin Brito. En ese hombre que murió de inanición reclamando justicia sin que el país se inmutara. Venezuela contempló como un hombre de más de un metro ochenta de estatura y mas de 100 kilos se convertía en un saco de huesos cubiertos por la piel venezuela8como quien ve una película animada de Tim Burton. Tal vez, la película remueva más sentimientos en los venezolanos que la visión de un hombre que ante sus ojos se convertía en un remedo de ser humano. Todo después de haberse amputado un dedo y haber tratado por diferentes medios de ser oído, de tener acceso a la justicia,  que su reclamo fuera escuchado.

Cuando Franklin Brito hacía su huelga de hambre, algunos amigos decidieron no hacer nada para apoyarlo porque «eso se lo había buscado él».

Unos decían que no iban a meterse en eso porque todo obedecía a un problema de faldas. Supuestamente, Brito se había metido con la mujer de alguien del gobierno y éste le estaba pasando factura.

Otros sostenían que no moverían un dedo por el agricultor porque él se había robado parte de esas tierras, había corrido los estantillos unos metros apropiándose de una gran extensión de terreno que no le pertenecía.

En fin, en el caso de Franklin Brito, como en el de Daka, todos parecían tener una razón para no actuar. Para no pronunciarse. Para no pedir justicia. Para justificar la falta de solidaridad.

Nadie parece ponerse a pensar que los que nos pronunciamos en ambos casos, como en muchos otros, no estábamos ni estamos defendiendo a una persona. No se trata de «los dueños de Daka», -que a lo mejor es cierto que viven en Panamá felices o, seguramente tienen seguros que les pagarán sus pérdidas- ni se trataba de Franklin Brito, el posible ladrón de tierras. Se trata de JUSTICIA.

Se trata de que hay un sistema legal y de justicia al que los ciudadanos deberíamos sentirnos con el derecho y el deber de acudir cuando sintamos que nuestros derechos están siendo venezuela5conculcados y que ese sistema debería prestarnos oídos y darnos una justa y satisfactoria respuesta. Se trata de que las sociedades tienen un estamento jurídico al que se debería acudir para dirimir los conflictos.

Si los dueños de Daka cometieron un delito, quienes los acusan están obligados a demostrar por la vía legal y de la justicia que ésto fue así. Si Franklin Brito reclamaba justicia, el Estado debió atender su reclamo y darle un tratamiento justo. En ambos casos debería prevalecer la presunción de inocencia hasta que quienes acusan demuestren la culpabilidad.

Lo que no se puede permitir sin inmutarse, sin levantar un dedo, sin hacer escuchar aunque sea una voz de protesta, es que Franklin Brito muriera de inanición esperando por la justicia, ni que una poblada enardecida salga, al grito de «¡Que no quede nada en los anaqueles!», a derrumbar vidrios, saquear y llevarse hasta los puntos de venta. Y menos aún podemos ser indiferentes ante imágenes y videos de miembros de la policía y la Guardia Nacional participando de esos saqueos.

Es allí donde el gentilicio duele, donde yo siento que el 8.036.631, ese numerito que acompaña mi cédula de identidad de ciudadano venezolano, comienza a desvanecerse. Es en el momento venezuela3cuando veo gente robando alegre un televisor plasma de un tamaño que posiblemente ni cabrá en su casa, cuando veo que la ley que impera es la del más fuerte y el más arrecho, es entonces cuando el pasaporte quiere convertirse en una visa y en un papelito de residente de cualquier país donde me den las más básicas y mínimas garantías de que, al momento de requerir justicia y legalidad, el Estado estará en capacidad de darme a mí y darle a todos los ciudadanos esa justicia y esa legalidad.

Mientras escribo esto, me asomo a la calle y me invade la tristeza, la desesperanza. Unas inmensas ganas de llorar me nublan las pupilas. A pocos pasos de donde me encuentro, hay una cola de gente esperando para cargar con lo que pueda en una tienda de electrodomésticos venezuela6de un amigo. Como zamuros ante la carroña se acumulan a la puerte de Mega Hogar.

Una amiga me cuenta que parece que ya acabaron con Imgeve. Que, supuestamente, la Guardia Nacional terminó poniendo la mercancía en la calle para que la poblada se la llevara. No sé que tan cierto sea, pero las ganas de llorar no pasan. Un señor comenta que en Los Plantaneros saquearon un local de repuestos de automóviles y mi gentilicio, una vez más, sufre un desvanecimiento.

Mis interrogantes sobre la naturaleza ética y moral del venezolano, me abruman. Hacen que me duela la cabeza. El nudo en el estómago es una punzada en la nacionalidad. Creo que nunca terminaré de comprender cuáles son los sentimientos  que mueven a mis compatriotas. No sé qué hace que todo termine siendo una exhibición de las miserias humanas. Venezuela es una inmensa e indefensa Bobulina. Las arpías acechan. Esperan una mínima señal.

No conozco a los venezolanos. Desconozco lo que nos mueve. Pero tengo la certeza de que el régimen sí nos conoce al militmetro. Sabe cuáles teclas tocar para que emanen nuestras miserias. Y lo hace cuando más le conviene.

Hay gente que piensa que el régimen quiere generar violencia y caos para suspender las elecciones. Yo creo que no se llegará a la violencia descontrolada. Todo es medido y calculado. Los policías y la Guardia Nacional se encargan de eso. Para suspender elecciones solo les venezuela7bastaría una llamada, una orden al CNE.

Lo que quieren es garantizarse el voto de esos que hoy saquean a mansalva. Quieren hacerles creer que el régimen los cuida y protege. Parece que para estas elecciones, la caja chica de Pdvsa ya no alcanza para ir con cheques en blanco a comprar electrodomésticos y llevárselos a la gente para comprarles el voto. No hay dinero. La forma de darles eso, a lo que los tienen acostumbrados a cambio de su voto, es mandarlos a saquear.

Al final, estoy más convencido que nunca que no se trata de Daka, ni de Brito. Se trata de mí. De ti. De nosotros. ¿A quién acudiremos cuando nos toque el turno? ¿A quién, cuando vengan por nosotros? ¿A quién acudirás cuando vengan por ti?

Lloro…

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14 pensamientos en “Daka, el rostro de la miseria humana

  1. Vi parte de esto en televisón, tenaz, sobretodo ver las justificaciones de Maduro y de escuchar las explicaciones que daban las personas que participaron de esto, terrible.

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  2. gladys rios en dijo:

    Realmente triste y vergonzoso! que ejemplo para las generaciones futuras! an cuando quizas se excedieron en los precios, no era la manera de resolver la situaciòn, ::: el vandalismo común se quedó corto. Dios devuelva a los venezolanos la gracia d la sensatez

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  3. reina castillo en dijo:

    Triste lo que ese hombre hace con el pais utiliza el poder para comprar a esa gente sin conciencia que le importa mas una. Tv Plasma o una nevera y se va la luz no hay agua los alimentos escasean las medicina, los hospitales un caos total, los enfermos de cancer protestan porque no le pueden hacer sus quimios un pais cayendose a pedaso y esta gente se mata por. Cosas materiales y sus hijos en cualquier esquina lo roban y a veces hasta la vida le quitan la inseguridad galopante en un pais en decadencia si valores ni principio

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  4. Doloroso como pocas cosas últimamente.

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  5. estas palabras no pueden definir mejor lo que siento, y lo único que me reconforta es leer los comentarios ya que siento que aún hay gente que vale la pena en éste país. Siento pena ajena de verdad que sí.

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  6. para muchos es más importante lo material, que la vida propia, y eso lo ha causado la situación en el país en los últimos años, es increíble ver a tanta gente mediocre haciendo saqueos, y leer en una pregunta de un periodista del universal que le hicieron a un habitante de una comunidad donde queda estos comercios ¿ qué viene a comprar ? el habitante dijo lo que consiga ¿ que espera ? los bajos precios, ¿ que hace falta en su casa ? Una laptop … quizás. Es increíble que una persona responda así este tipo de preguntas, no sabe ni a que va a esos comercios

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  7. Yandira Rojas en dijo:

    A pesar de que estoy absolutamente segura, que esa gente no es la mayoría, es mas son una minoría, pero es tan grotesco, violento, feo, miserable, abominable, etc. que resalta, a pesar de estar tan lejos también las ganas de llorar por mi país por mi gente son enormes! intento pensar cuál puede ser el castigo para estos miserables que legítimamente ostentan el poder y cualquier cosa me parece poco!

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  8. Teresa Elena en dijo:

    Si yo pudiera transmitir lo que siento en medio de esta situacion, solo reenviaria tus palabras…reflejo del dolor que vivimos algunos venezolanos en medio de este caos. Como puse en mi twitter: la riqueza de un pais es su gente? Quien dijo eso? @
    MiluchaVE

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  9. Lala de Balestrini en dijo:

    Este sabor amargo en la boca producto de todo lo vivido entre ayer y hoy tiene que haber algo que me lo quite, no es posible que los venezolnos hayamos llegado a tanta ruindad,que a la voz de «saqueen, que no quede nada en los anaqueles» salgan todos sin frenos a llevarse lo que no es de ellos, lo que no se han ganado con su trabajo, pero de verdad me reconfortò un poco ver a la misma gente del pueblo arrebatàndoles lo robado a esa cuerda de maleantes y destruyèndolo para que no pudieran disfrutar de lo mal habido, y demostrando que todavìa hay gente decente con la que Venezuela puede contar para su recuperaciòn,claro no es el caso porque eso tambièn refleja el caos que nos estàn sembrando que asì como destruyen esos electrodomèsticos en la misma medida estamos destruyendo nuestro paìs, ahora si es verdad que el Paìs no es que se està cayendo a pedazos es que se cayò y se necesitan muchos hombres y mujeres con temple, decencia y tezòn para salir de esta debacle que es la Venezuela que nos estàn dejando esta cuerda de irresponsables.

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  10. Otilia Docaos en dijo:

    Es inmensamente desolador el entorno. Tan desolador que no puedo llorar este dolor, esta rabia. Es la misma sensación terrible de impotencia que sentí cuando en una conferencia Emilio Monsonyi pidió un minuto de silencio porque había muerto una lengua indígena. Había fallecido la última anciana que la hablaba. Esta es la misma desolación que me produjo la muerte de Brito que sólo quiso conservar su dignidad porque sabía que no había justicia. Y ganó. En este caso desaparece ante nuestros ojos la decencia y esa dignidad que nos enorgullecía. Es un golpe moral muy duro a la esperanza. Maduro decía anoche que este año se han entregado 33 millones de dólares a la burguesía parasitaria… hablaba de 7.000 empresarios que se habían acercado al ejecutivo a pedir esos dólares, supongo. Pero ellos se robaron casi 85 millones del Fondo Chino, más del doble, casi el triple, y de eso no hablan, de eso no responden, y se inventan esta marramusia para igualarnos a su calaña de rateros. Así, imagino, creerán que se redimen. Así se cubren las espaldas. Así crean la cortina de humo que les permitirá seguir saqueando a este pobre país. Qué vergüenza.

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  11. Yofrank Carrizo en dijo:

    Desde aquí desde la distancia yo también lloro de impotencia, reso porque todo pase y se pueda vivir en paz y justicia como nos merecemos no sólo los venezolanos sino todos los seres humanos.

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  12. Este escrito finalmete broto mis lagrimas tengo todo el dia sintiendome de la misma manera, son mis sentimientos en tus palabras.. Realmente deprimida.. porque como decia mi profesor de sociologia politica hoy «Somos el producto de la situacion y la situacion es producto de nosotros».
    La excusa de que todo el mundo lo esta haciendo no tiene validez alguna.
    Como te miras en el espejo? Como le explicas a tus hijos de donde sacaste eso sin que suenes como un vulgar ladron? COMO VIVEN CON SU CONCIENCIA?

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  13. Bibiana Balestrini de Osorio en dijo:

    Realmente Golcar, se lo comenté hoy a Ora, Todo medido, calculado, saquean cuestiones especificaa y por eso no se ganan la solidaridad de todos… Parece que tuvieran un miseriómetro, ser rojo es una filosofia de vida baja, ruin, resentida, no me iporta si luego nunca votan por nosotros , no puedo acercármeles, van en contra de TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS mis valores y principios, realmente no me cabe dda que son los hijos de aquel fatidico 27 de febrero, son sus mismas acciones… Creo ciegamente en que la inmensa mayora de los venezolanos no comparten esa forma de actuar ni de pensar, pero el silencio es complicidad, cuando veo las fuerzas armadas en esos actos, siento que ya nadie nos protegera jamás, no solo por los que vemos saqueando sino ppor los que lo permiten, nos siguen hundiendo y aún no comprendemos con exactitud la magnitud del barranco por el que bajamos inexorablemente…

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